Si eres corredor y cuidas hasta el último detalle tu preparación has de saber que "hasta cuando no estás entrenando, estás entrenando". Se puede decir que el corredor está de servicio las 24h. Acabamos el entreno y ya estamos pensando en que toca mañana, pero no solo nuestra mente está ocupada manteniéndose en modo "Run-On", también nuestro organismo se está preparando para asumir la siguiente sesión con la mayor garantía posible. Lo que haces durante el día y la noche para facilitar (o no) esa preparación es el entrenamiento invisible.
Técnicamente, el entrenamiento invisible es un conjunto de medidas y acciones que un deportista lleva a cabo fuera de las sesiones de entrenamiento con la finalidad de mejorar su rendimiento. Es decir, lo que haces (o no) durante tu vida diaria para potenciar el efecto positivo tu entrenamiento.
A menudo tendemos a darle la máxima importancia a la parte activa del entrenamiento, a detalles como si haces más o menos kilómetros, que tipo de trabajo de series o de fuerza realizas o si los ritmos de carrera que frecuentas son los correctos. Sin quitarle su debida importancia vamos a centrar nuestra atención en que hacemos (o dejamos de hacer) fuera del entrenamiento.
No hay que perder de vista que el motivo por el que mejoras entrenando se debe al hecho de proporcionar un estrés controlado a tu organismo mediante el ejercicio físico. Durante y después de la sesión de entrenamiento tu organismo activa mecanismos para contrarrestar los efectos negativos producidos por el ejercicio, como la fatiga o el gasto de depósitos energéticos (por poner solo dos ejemplos), y mediante la repetición regular de este ciclo (romper y reparar), consigues que tu cuerpo se adapte a un nuevo nivel de rendimiento físico.
Visto así, si dedicamos entre 1 y 2 horas al entrenamiento diario, es decir, al estrés controlado, el resto del día (unas 22 horas) tu organismo se dedica a restablecer el equilibrio en el que se encontraba justo antes de comenzar a entrenar. Es evidente, que durante esas 22 horas (aproximadamente) puedes incidir en la recuperación llevando a cabo una serie de medidas, y es por ello que debes tener muy en cuenta como es tu entrenamiento invisible.
¿Cómo potenciar el entrenamiento invisible?
Hay una serie de factores que debes tener en cuenta si quieres que tu entrenamiento invisible sea positivo. Hacer hincapié en un buen descanso, una adecuada alimentación y/o medidas de recuperación naturales son una buena manera de potenciar el entrenamiento invisible.
Sobre el descanso hay que decir que hay corredores que son más tolerantes a cierto grado de privación del descanso nocturno y otros no tanto. Lo importante en cuanto al sueño es que cada uno conozca bien sus necesidades y las respete lo máximo posible, priorizando el descanso sobre otras actividades como son el ocio nocturno o alargar demasiado la jornada laboral o estudiantil.
Las horas de sueño son importantes, pero aun lo es más su calidad. Aspectos como irse pronto a dormir y sin haber sobrecargado de kilocalorias la ingesta en la cena, son de gran importancia para favorecer esa calidad del descanso. Si a pesar de dormir más horas sientes que te levantas demasiado cansado sería recomendable que acudieras a tu médico de confianza. Además de cuidar tu salud, este puede ser un punto que mejore tu rendimiento atlético.
La alimentación, como parte del entrenamiento invisible, es un factor que si se mantiene muy controlado tal vez no repercuta en un gran aumento de nuestro rendimiento, pero ante una situación de dieta inadecuada probablemente reduzca de manera considerable la capacidad de trabajo y asimilación de tu organismo frente al entrenamiento.
Tu dieta diaria te aporta los bloques con los que reparas y construyes las estructuras dañadas tras cada entreno, las moléculas de las que obtienes la energía para hacer funcionar todos tus órganos y también aquellos componentes que repercuten directamente sobre nuestro nivel de salud. De la calidad de tu alimentación dependerá, parcialmente, cuanto estrés aguanta tu organismo y con qué celeridad se recupera entre sesiones.
Otro factor a considerar es el de introducir mecanismos naturales para reducir la fatiga, acelerar las recuperaciones e incluso prevenir lesiones. En este punto se incluyen realizar una sesión de fisioterapia regularmente, estirar o aplicarse contrastes de frio/calor tras sesiones de alta intensidad, son acciones que favorecen el entrenamiento invisible y que lo tanto al aumento de tu rendimiento en las sesiones de entrenamiento y competiciones.
Como veis, un buen entrenamiento no solo se trata de darlo todo cuando te calzas las zapatillas, también hay que prestar atención a los detalles, que aunque no sea de manera directa, repercuten, y mucho, a la hora de mejorar tu estado de forma física.
Toni Monsálvez Glym
Entrenador de atletismo y presidente de Endurance Sport Club.
Pruebas favoritas: 10K y Cross.
Intereses: Ciencia, deporte, filosofía, radio y cine sobretodo de ciencia ficción.
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